Primeros auxilios

Evoluciona la reanimación cardiopulmonar básica

La nueva regla en primeros auxilios establece 30 masajes cardiacos por cada 2 boca a boca, con el objetivo de priorizar el flujo sanguíneo, frente a la anterior relación de 15 a 2. Pero lo primero que uno debe hacer antes de comenzar la reanimación es pedir ayuda.

JOSÉ RAMÓN/MADRID

Por cada minuto que transcurre sin comenzar la reanimación en una parada cardiorrespiratoria se pierde un 10% de probabilidad de resucitación. Las secuelas cerebrales serían graves si transcurren más de 4 minutos. Una situación crítica puede comenzar en cualquier lugar y momento, más aún practicando deportes de riesgo. La educación en este tipo de técnicas podría evitar en España el 40% de las muertes súbitas y 100.000 muertes anuales.

Cómo hacer una reanimación cardiopulmonar básica

Colocaremos a la persona tumbada boca arriba comprobando que no respira y tampoco tiene pulso sanguíneo. Luego pediremos ayuda dando la voz de alarma, aunque eso implique dejar a la víctima sola unos segundos.

Comenzaremos la maniobra con treinta masajes cardiacos realizados, como se ve en la siguiente figura, de rodillas y utilizando el peso del cuerpo para las compresiones sobre el esternón de la persona.




Abriremos la vía aérea extendiendo la cabeza y elevando el mentón, revisando que no haya ningún obstáculo en la boca, e insuflando a continuación dos respiraciones mediante el boca a boca, a la vez que le tapamos la nariz.


Las guías de la Sociedad Americana del Corazón ya recogen esta nueva relación de 30 masajes cardiacos por cada 2 insuflaciones de aire, sin detenerse para evaluar la respuesta del sujeto. Por el momento muchos protocolos siguen recogiendo la combinación 15 a 2, aunque se espera que sean modificados tras la comprobación del soporte científico de esta nueva norma.

Cursos por Internet

Todos los especialistas coinciden en afirmar que las posibilidades de éxito en maniobras de este tipo están relacionadas con la inmediatez de la acción, por lo que sería conveniente que la población en general, y los practicantes de deportes de riesgo en particular, estuvieran entrenados para poder desempeñarla de una forma eficaz. Existen en el mercado cursos por internet que pueden resultar interesantes para los amantes de la adrenalina.