Desde esta sección de Adrenalina se intenta dar consejos a los deportistas. Por una vez, y sin que sirva de precedente, los puse en práctica personalmente. Os invito a seguirnos durante la jornada deportiva que vivimos, mi mujer y un servidor,en los aledaños del cacereño Parque Nacional de Monfragüe.JOSÉ RAMÓN/CÁCERES
El día amaneció soleado, con una buena temperatura ambiente que nos iba a permitir disfrutar de las sendas de la montaña cacereña. Unas buenas botas de trekking ,ropa de fibras naturales y una gorra para protegernos del sol, pues si bien no estábamos en verano, no había que olvidar protegerse de "Lorenzo", ya sabéis que el calor elevado complica la práctica deportiva.
El calentamiento o bien se me olvida o bien lo realizo muy por encima. Sin embargo, ese día gracias a la presencia de mi mujer no se me olvidó; y, gracias a también a que ella es profesora de danza, se convirtió en una atractiva y entretenida tabla de ejercicios. No será la primera vez que, por ello, me evito lesiones musculares que luego me dan la tabarra durante la semana siguiente.
Partíamos de la finca "Casa del Mazo", donde se hallaba nuestro alojamiento, y a ritmo fuimos por un sendero que afortunadamente no daba opción para perdernos. Nos detuvimos para beber de la botella de agua, y recordé la noticia de la edición digital del periódico La Nueva España, donde explicaba como mi equipo de fútbol, el Sporting de Gijón, ha determinado que cada jugador disponga de una botella propia identificada con su dorsal para beber en los entrenamientos, evitando de esta manera que la gripe se pueda contagiar por usar todos de la misma botella como ocurría antes.
Tras disfrutar del bello paisaje de la zona de Serrejón del Parque de Monfragüe, el regreso al hotel se hizo ameno pensando en el Spa del que íbamos a gozar, donde las terapias con agua fría, el jacuzzi y los masajes contribuirían a finalizar el día con el cuerpo recuperado física y mentalmente. Ese día, en casa del herrero no hubo cuchillo de palo. 
